Los trabajadores del trolebús de la Ciudad de México se enfrentaron a la austeridad y ganaron

Los trabajadores marcharon desde la sede de su sindicato hasta los juzgados laborales de la ciudad y prometieron hacer huelga si fuera necesario. Foto: ATM
Los 1.970 trabajadores de trenes, trolebuses y teleféricos que hacen circular la Ciudad de México podrían declararse en huelga el 13 de marzo.
Su organización sindical, la Alianza de Tranviarios de México (ATM), consiguió inversiones vitales en transporte ecológico y salvó cientos de puestos de trabajo en una campaña de 2016 llamada “Salvemos el trolebús”, que incorporó a los usuarios del transporte público a su lucha por la financiación.
Ahora los trabajadores quieren los uniformes y el equipo de seguridad que se les deben bajo su contracto, pero que no han recibido en tres años, así como las herramientas que necesitan para realizar su trabajo: gatos hidráulicos, alicates y llaves.
También quieren más oportunidades de capacitación. La ciudad invirtió en una flota de nuevos trolebuses eléctricos tras la campaña “Salvemos al Trolebús”, pero muchos trabajadores no han recibido formación sobre su mantenimiento y quieren mejoras en el mantenimiento del sistema; por ejemplo, los mecánicos no tienen medios para recauchutar los neumáticos cuando se desgastan.
“No pedimos opulencia” dijo Jorge Luis Peña González, quien se encarga del mantenimiento de instalaciones eléctricas, específicamente en el área de línea elevada. “No pedimos un jacuzzi en cada baño. Únicamente lo justo, ¿no? Un trabajo digno, un salario digno, un trabajo donde nos puedan entregar los materiales y equipo necesario para poder salir a trabajar”
Desde su creación en 1900, el sistema de transporte público de la Ciudad de México ha sido un símbolo de progreso. Las líneas de tranvía desempeñaron un papel fundamental en el crecimiento de la que hoy es la ciudad más grande de Norteamérica. A medida que se construían nuevas líneas, se iban creando vecindarios a su alrededor.
Con el tiempo, esos tranvías fueron reemplazados por una red de trolebuses eléctricos, teleféricos y una línea de tren ligero que transporta a 2,5 millones de pasajeros al día, todo ello sin generar emisiones—algo esencial en lo que hace 30 años era conocida como la ciudad más contaminada del mundo. Y todo eso por menos de 10 pesos por viaje. Las personas mayores viajan gratis.
COCIENDO REFLEJANTES
La ATM había fijado originalmente una fecha de huelga parael 21 de enero, pero extendió el plazo hasta el 21 de febrero después de que el empleador, Servicios de Transportes Eléctricos (STE, una autoridad de transporte de propiedad pública), fue ordenada a negociar.
El plazo se extendió nuevamente hasta el 13 de marzo a petición del Secretario de Finanzas de la Ciudad de México, luego de un movimiento en la mesa de negociaciones. Los trabajadores obtuvieron el pago de un aumento del 3.5 por ciento, que se había acordado en su contrato de 2024, pero que STE se había negado a pagar a muchos de los trabajadores con salarios bajos. Ahora recibirán ese aumento, junto con el pago retroactivo acumulado, a fines de marzo.
Los suministros básicos no se proporcionan de manera constante. “Hay ocasiones en las que, por un tornillo no puede salir un trabajo o no puede estar en un servicio funcional de una catenaria”, dijo González. Algunos trabajadores solo tienen un uniforme resistente al fuego, a pesar de trabajar con cables con corriente de manera habitual.
“Tenemos uniformes beige, no es que seamos los más visibles, pero te puede ayudar un poco más en la noche. Tenemos reflejantes, ahí andamos cociendo los reflejantes a los brazos o a las piernas para que puedan vernos en la noche.”
Héctor Cortés Silva ayuda a mantener las antenas de los trolebuses, que se conectan a las líneas eléctricas aéreas. Para ello, debe subir hasta 40 metros de altura, sorteando fuertes vientos que hacen que las antenas se muevan de forma caótica. “Es una actividad donde si tienes algún pequeño error, pues puede ser una cuestión mortal” dijo. Él confía en el cordón de su cinturón de seguridad, una correa que lo asegura a un punto de anclaje, pero no siempre hay suficientes cuerdas salvavidas de segunda línea que lo atraparían si el arnés fallara.
‘SALVEMOS AL TROLEBUS’
2015 fue un momento de crisis para la alianza, ya que un grupo disidente intentó expulsar al entonces presidente Benito Bahena y Lome, obligándolo a dimitir bajo amenaza de violencia. Muchos sospechan que la expulsión fue orquestada por el jefe de la autoridad de transporte, Eduardo Venadero. Pero Bahena y Lome finalmente fue reinstalado.
Mientras tanto, la ciudad había estado desinvirtiendo en el sistema de transporte, lo que provocó un mantenimiento insuficiente y una flota cada vez más reducida. En 2016, solo 210 de los 350 trolebuses estaban en funcionamiento. Entre 1987 y 2018, las líneas de trolebuses se redujeron de 30 a ocho.
El gobierno de la Ciudad de México pronto propuso reemplazar su vieja flota de trolebuses con autobuses a batería. Pero estos habrían sido más caros y menos ecológicos, ya que el país no tenía medios para reciclar las baterías.
El plan también puso en riesgo los empleos de los trabajadores. González dijo que un cambio a autobuses a batería habría eliminado su trabajo por completo. “Se sintió muchísima tensión,” dijo Violeta Sofia Méndez Mosqueda, una operadora telefónica que enruta las llamadas entrantes para la compañía.
De esa crisis surgió “Salvemos al Trolebús”, una campaña de presión pública que incorporó a los usuarios del transporte público y a los ambientalistas a la lucha por la financiación del sistema de transporte público.

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La coalición Cero Emisiones, que incluye a Bicitekas (que aboga por una infraestructura apta para bicicletas) y Los Mosquitos una coperativa de ciclotaxis encuestaron a los usuarios de transporte público. Descubrieron que muchos preferían el transporte ecológico, aunque a menudo optaban por conducir o tomar un taxi porque eran más rápidos.
También descubrieron que el 81 por ciento de los usuarios frecuentes de la ciudad dependían del trolebús. Muchos estaban preocupados por la mala calidad del aire de la ciudad y reconocían que las emisiones de los vehículos eran un factor crucial.
Mosqueda sabía que valía la pena luchar por la red de trolebuses: “Es un transporte que no contamina. Mueve miles de personas en la ciudad. Y aparte de todo es seguro,” dijo.
Además, hubo “un poco de nostalgia de los usuarios,” dijo, porque surgieron los trolebuses del emblemático sistema de tranvía de la Ciudad de México. “Hubo nostalgia de nuestros padres, abuelos de viajar por toda la ciudad de una forma tan hermosa. Pienso que también fue parte de lo que nos ayudó. Porque aparte de ser un transporte volumen seguro y ecológico, pues podríamos decir que es tradición.”
“A pesar de que teníamos unidades con más de 40 años sin servicio, que estaban muy, muy mal, sin refacciones, sin materiales, sin equipo de protección, la gente seguía teniendo un auge positivo sobre el servicio,” dijo González. Hubo “mucha gente volanteando, mucha gente dando foros de información, sobre el por qué un trolebús es más factible, tiene una vida más larga que un camión. La gente fue indispensable en este movimiento.”
“Imagínate que el centro histórico de la ciudad es un invernadero,” dijo Miguel Maximiliando Durán, presidente de Los Mosquitos. “Y que le conectas varias mangueras a ese invernadero máquinas que están quemando gasolina, y ese humo queda dentro de ese invernadero. Así es básicamente el centro histórico de la ciudad de México. Así es básicamente el centro histórico de la ciudad de México.” La contaminación causa aproximadamente 9.000 muertes cada año en la Ciudad de Mexico, y las emisiones automotrices contribuyen significantemente.
Los Mosquitos entraron en acción. “El sistema de transporte público es donde mayormente se mueven las personas,” dijo Durán, lo cual “nos incentivo a decir, hay que defender al trolebús, el que por años ha sido un sistema de transporte no solamente ecológico, sino que sigue siendo uno de los transportes más económicos de la ciudad.”
Claudia Sheinbaum, entonces Jefa de Gobierno entrante de la Ciudad de México bajo el partido de izquierda MORENA de México, hizo campaña sobre el tema y se comprometió a invertir en el sistema de trolebuses en su discurso inaugural. En menos de un año, comenzaron a llegar unidades.
Para 2024, cuando Sheinbaum era presidenta de Méxicola ciudad tenía una flota de 500 nuevos trolebuses, y había creado una nueva línea de trolebuses y una red de telefericos que (pronto se conectará).
“Creo que la gente aprecia un transporte limpio y que sea accesible," dijo Martha Beatriz Merlos Aguilar, un asistente ejecutivo que ayuda a procesar cartas de empleo y nóminas. “Creo que las rutas que tenemos son estratégicas y es muy concurrido el transporte eléctrico. se fueron perdiendo líneas y hay gente que a la fecha pues sigue pidiendo que las reactiven ciertas rutas del trolebús. Creo que la gente quiere el transporte y por eso apoyan.”
CLASES DE BOXEO DE LA UNIÓN
A medida que se acerca la fecha de emplazamiento, la ATM está bien posicionada para lograr sus demandas. La organización sindical está operando bajo un gobierno de la ciudad que, a diferencia de años anteriores antes de que MORENA tomara el poder, no está empeñado en privatizar el sistema de transporte, sino que lo ve como un bien público.
El sindicato está organizando una campaña visible y creciente. En enero, los miembros marcharon desde la sede del sindicato hasta los tribunales laborales de la ciudad y prometieron hacer huelga si era necesario. Colgaron una pancarta enorme denunciando la violación por parte de STE de su convenio de negociación colectiva.
El Mundial de 2026, cuyo partido inaugural será en el Estadio Azteca de Ciudad de México, también ofrece ventajas: se espera que 5,5 millones de turistas visiten la ciudad durante el torneo. Para prepararse para este aumento de la demanda, la ciudad ha prometido destinar 348 millones de dólares a mejoras del transporte público centradas en el trayecto hasta el Estadio Azteca.
La ATM ha construido una fuerte cultura sindical en parte a través de eventos sociales, desde ligas de fútbol y campamentos de verano para niños hasta reuniones religiosas y decoración de altares para el Día de Muertos.“Llevo poco tiempo yendo al gimnasio donde te enseñan box,” dijo Aguilar. “Te ayudan desde que te dicen que puedes comer que quieres bajar de peso, te ponen los ejercicios necesarios, y aparte … esta muy padre conocer a compañeros de otras áreas que a lo mejor nunca habías visto.”
Esta interacción fomenta la solidaridad. “Bo me importa de que área seas, no me importa que turno tengas, no me importa de donde vengas,” González dijo. “El compañerismo es lo principal.”
La campaña “Salvemos al Trolebús”también unió a varias organizaciones y creó un vínculo duradero. “El secreto esta en … que siempre haya esa alianza y el compromiso por el bien común,” dijo Aguilar. “Los equipos que están consolidados siempre van a tener una mejor lucha y un mejor resultado teniendo siempre los mismos conceptos de qué es lo que se quiere obtener, qué es lo que se quiere proteger.”