En México, trabajadores automotrices enfrentan lista negra después de campaña sindical

Los trabajadores de VU Manufacturing en la ciudad fronteriza mexicana de Piedras Negras hacen fila para recibir liquidaciones después de que la fábrica cerró sus puertas este verano. Un año después de ganar un sindicato independiente, muchos trabajadores de VU se encuentran ahora desempleados y sin ninguna liquidación, mientras que la élite empresarial ha instituido una lista negra en su contra en toda la ciudad. Foto: Comité Fronterizo de Obrer@s

En agosto de 2022, los trabajadores automotrices de VU Manufacturing ganaron una elección histórica para obtener el reconocimiento de un nuevo sindicato independiente, La Liga Sindical Obrera Mexicana. Un año más tarde, después de negarse a negociar un nuevo contrato, la compañía ha cerrado, dejando a 400 trabajadores sin trabajo y a 70 trabajadores sin su liquidación legalmente obligatoria.

VU está en la ciudad fronteriza de Piedras Negras, Coahuila, donde los políticos se jactan de mantener la “paz laboral.” Esta “paz” está mediada en gran medida por la Confederación de Trabajadores de México (CTM), un poderoso sindicato de protección patronal, conocido por firmar contratos a espaldas de los trabajadores y evitar que se organicen en sindicatos genuinos y democráticos.

En VU, un fabricante de autopartes interiores con sede en Michigan, los trabajadores, apoyados por Comité Fronterizo de Obrer@s, se enfrentaron a la compañía, la CTM y el establecimiento político local para formar el primer sindicato independiente de la ciudad el año pasado. Pero en los meses posteriores a esa victoria, la compañía se negó a negociar un nuevo contrato, y los trabajadores en VU enfrentaron fuertes represalias, incluido el despido de dos activistas líderes en la planta.

Desde hace algunos meses, VU comenzó a disminuir la producción en Piedras Negras, despidiendo a cientos de trabajadores. En julio, VU cerró sus puertas por completo, dejando a los últimos 71 trabajadores sin ninguna liquidación, aunque los supervisores y la gerencia recibieron su liquidación completa al salir.

Ahora, los trabajadores dicen que la élite empresarial local, junto con la CTM, ha instituido una lista negra de facto en toda la ciudad contra todos los ex trabajadores de VU, independientemente de su afiliación sindical.

‘UN MENSAJE CONTRA TODOS LOS SINDICATOS INDEPENDIENTES’

Todo esto pasa en medio de un floreciente movimiento sindical independiente en México, con trabajadores en el sector manufacturero aprovechando la reforma laboral de 2019 y el fortalecido “capítulo laboral” del acuerdo comercial Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para formar sindicatos independientes y democráticos. Ahora existen varios nuevos sindicatos independientes en todo México, en compañías como General Motors, Goodyear, Panasonic, Saint Gobain y 3M.

Sin embargo, los trabajadores que organizan sindicatos independientes continúan enfrentando grandes obstáculos por parte de los empleadores y los sindicatos de protección patronal, incluidas boletas robadas, amenazas de violencia e intentos de comprar votos. Los sindicatos genuinos enfocados en los trabajadores siguen siendo pocos.

VU es la única empresa que tiene dos quejas presentadas en su contra bajo el mecanismo de respuesta rápida del T-MEC, que permite a Estados Unidos presentar quejas contra empleadores en México que violan el derecho de los trabajadores a organizarse. Los infractores pueden tener sus beneficios arancelarios suspendidos o incluso se les puede negar la entrada de sus bienes al país del norte.

Dada la negativa final de la compañía a negociar con sus empleados, el caso de VU es una prueba real para las partes del T-MEC destinadas a salvaguardar los derechos de los trabajadores mexicanos, y para el movimiento sindical independiente de México en general.

Miguel, un activista obrero de VU, ve los obstáculos que enfrentan él y sus compañeros de trabajo como una advertencia contra futuras campañas sindicales en México. “Eso será un mensaje contra los sindicatos independientes,” dijo él. “Si te vuelves a meter en algo, sabes cómo te va a ir.”

‘SOMOS INCONTRATABLES’

Miguel, que no quiso compartir su nombre completo por temor a nuevas represalias, no ha podido encontrar trabajo desde que fue despedido de VU en junio. “Cuando vas a una entrevista, no te dicen la razón por la cual no te contratan, pero no te contratan,” dijo él. “Legalmente y abiertamente no te pueden decir que la razón es por ser de VU. Pero nosotros ya sabemos que es por ser de VU.”

En el curso de las investigaciones de este artículo, hablamos con más de dos docenas de ex-trabajadores de VU, ninguno de los cuales había logrado encontrar trabajo en otras maquilas en Piedras Negras.

“Hasta ahorita yo tengo dos meses que fui a pedir trabajo, y no me han hablado,” dijo Juan Mares, un trabajador que era el tesorero adjunto de la sección de La Liga en VU. “Al ver el nombre de Manufacturas VU la empresa no les habla, le habla otra gente aunque no tiene experiencia.”

Elsa, otra activista obrera de VU, intentó ir a una feria de empleo local, donde las empresas anunciaban puestos vacantes en las fábricas de la ciudad. “Parecía un funeral,” dijo Elsa. “Lamentablemente, la mayoría de la gente que estaba en la Feria del Empleo era de VU. Pero no nos contrataban en la feria.”

SIN LIQUIDACIÓN

En México, las empresas tienen una obligación legal a pagar a los empleados despedidos una liquidación, equivalente a al menos tres meses de salario más un pago adicional por antigüedad y beneficios. Aunque el primer grupo de los trabajadores despedidos de VU recibió alguna liquidación, los últimos 70 trabajadores de la planta aún no han recibido nada, dos meses después de perder sus empleos. Muchos de estos trabajadores tampoco han recibido dinero que voluntariamente depositaron en una cuenta de ahorros con la compañía durante su tiempo en VU.

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Víctor Sevilla Peralta es uno de estos trabajadores. Él estima que se le deben unos 75.000 pesos (($4,400 USD) por sus tres años trabajando en la compañía. Hasta el día de hoy, no ha recibido nada. “Hay muchos compañeros que todavía no tienen trabajo y tienen deudas,” dijo Peralta. “Entonces estamos esperanzados a ese liquidación para poder ponernos al corriente con deudas.”

Antes de sus bonos, la mayoría de los trabajadores de VU ganaban el salario mínimo semanal de 1.560 pesos ($91 USD). Aunque las autoridades laborales locales han impuesto un embargo a la maquinaria restante de VU para ayudar a pagar las liquidaciones, trabajadores como Sevilla Peralta están preocupados de que vender esa maquinaria no será suficiente para cubrir el pago de los 70 trabajadores. Al momento de escribir este artículo, los trabajadores todavía no han recibido una actualización sobre cuándo podrían recibir su liquidación.

ORGANIZANDO A TRAVÉS DE LAS FRONTERAS

Los trabajadores de VU produjeron reposabrazos y tapicería de puertas para vehículos fabricados en los EE.UU por Tesla, Toyota, GM y Stellantis. Las piezas fabricadas en Piedras Negras fueron enviadas a otras empresas de partes representadas por la United Auto Workers (UAW), incluyendo Adient, Magna y Yanfeng. La UAW representa 300.000 trabajadores en el sector automotriz estadounidense.

México es, por mucho, el principal proveedor extranjero de autopartes estadounidenses y también tiene un número creciente de plantas de ensamblaje que producen principalmente para el mercado estadounidense. Por lo tanto, las condiciones de los trabajadores automotrices mexicanos están estrechamente conectadas con las de los trabajadores estadounidenses y canadienses.

Durante décadas, las empresas han aprovechado los bajos salarios y la falta de sindicatos genuinos en México (así como en el sur de los EE.UU) para reducir costos y aumentar sus ganancias. Las empresas automotrices utilizan la amenaza de mudarse su producción a México como un arma contra los sindicatos estadounidenses y canadienses, como se puede ver en la decisión de Stellantis de cerrar su planta de ensamblaje en Belvidere, Illinois, en febrero, y trasladar el trabajo a Toluca, México. La empresa ahora utiliza Belvidere como una herramienta en las negociaciones con la UAW.

Pero también han habido muestras de solidaridad entre los trabajadores en ambos lados de la frontera entre los EE.UU y México. En una planta de GM en Silao, Guanajuato en 2019, cinco trabajadores fueron despedidos por negarse a trabajar horas extras en solidaridad con los trabajadores de GM que estuvieron en huelga en los EE.UU. Los 6.000 trabajadores de GM Silao después formaron un sindicato, El Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Industria Automotriz (SINTTIA), en 2022.

Los trabajadores de Goodyear México, que votaron para unirse a La Liga este verano, se manifestaron el 19 de septiembre frente a la sede de GM en la Ciudad de México en apoyo de la huelga en curso de la UAW. “Cuando las multinacionales tienen ganancias multimillonarias, también tiene que haber fuertes contratos colectivos… y debe suceder un aumento de salario en todos los países en donde estas empresas tienen operaciones.”

“Veo que la UAW, los trabajadores automotrices en Estados Unidos, luchan,” dijo Lupita, una de las trabajadores activistas de VU. “Esta lucha es de ustedes para todo el mundo: Estados Unidos, México y Canadá y demás países.”

Los sindicatos y activistas laborales estadounidenses, a su vez, han apoyado a los trabajadores mexicanos en sus esfuerzos por deshacerse de los contratos de protección de los empleadores y formar sindicatos nuevos e independientes, incluido en VU.

El martes 26 de septiembre a las 10 a.m., el Proyecto México Solidario está organizando una protesta en la sede de VU en 2151 Livernois Road en Troy, Michigan, exigiendo a la empresa que pague las liquidaciones de los trabajadores y ponga fin a la lista negra en Piedras Negras. También exigen que las autoridades laborales estadounidenses sancionen a la empresa para impedir que siga exportando desde una nueva ubicación en México. A ellos se unirán activistas solidarios de la UAW, la sección local de los Socialistas Democráticos de América, y la Casa Obrera del Bajío, un centro de trabajadores mexicanos.

En un volante compartido con miembros de la UAW en Michigan, los organizadores de la manifestación enfatizaron la necesidad de solidaridad internacional de los obreros para mejorar las condiciones de todos los trabajadores, independientemente de su nacionalidad.

“Las empresas automotrices trabajan a través de las fronteras. ¡NOSOTROS TAMBIÉN PODEMOS!”

Charlie Saperstein es una activista laboral que actualmente reside en Piedras Negras. Ayudó a formar un sindicato el año pasado en Seven Stars Bakery en Providence, Rhode Island, donde fue un delegado sindical con Trabajadores de Alimentos y Comerciales Unidos (UFCW) sección 328. Daniel DiMaggio es un editor en Labor Notes (labornotes.org).

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